La terapia ayuda a la persona a salir del círculo vicioso
en el que se encuentra atrapada.
Su objetivo es favorecer la apertura mental, flexibilizando
el pensamiento y facilitando un cambio de visión acerca
de aquello que le preocupa; promoviendo una reestructuración
en su sistema de creencias, en su singular forma de construir
la realidad, y fortaleciendo modos de afrontamiento de las dificultades
de la vida, mucho más realistas y adaptativos.
Los pacientes que llegan al consultorio generalmente sufren
lo que puede denominarse "problemas del vivir". Esto
significa que las soluciones empleadas ante los obstáculos
que les plantea la vida no funcionan como ellos quisieran; les
causan angustia, desasosiego o malestar.
Es nuestra tarea y desafío ayudar a los pacientes a
cambiar esas viejas soluciones automáticas que ya no
les sirven, y aprender nuevas estrategias de afrontamiento y
formas novedosas de contemplar y comprender su problema.
Las dificultades inherentes a la vida son el resultado de la
interacción entre el ambiente o el contexto de las personas,
y su capacidad de adaptación.
Nuestro objetivo es ayudar a los pacientes
a adaptarse con mayor flexibilidad a las circunstancias que
les tocan vivir. A través del proceso terapético
nos proponemos enseñarles a ver sus problemas como desafíos
en lugar de como amenazas, ya que si se interpreta la realidad
de este modo, se tiende a responder con una actitud fatalista
que conlleva un comportamiento de evitación, y a no percibir
una salida.
Por otro lado, las personas que contemplan
sus problemas como desafíos logran acomodarse con mayor
facilidad, y se ven a si mismas como más capaces de encontrar
formas adecuadas de solucionar sus conflictos.