Como profesionales que prestamos un importante servicio a otras
personas, nuestro trabajo está regido por elevados principios
éticos.
A continuación ofrecemos una revisión de algunas
cuestiones relevantes en este sentido:
+ Competencia: Los
Principios Eticos de la Asociación Americana de Psicología
requieren que los profesionales de la salud mental mantengan
altos niveles de idoneidad. Se espera que los terapeutas reconozcan
los límites de su competencia y de sus técnicas.
Deben ofrecer los servicios y emplear sólo aquellas herramientas
para las que estan calificados mediante la formación
y la experiencia.
Por otra parte, a los psicólogos se los busca para realizar
juicios fundamentales en situaciones de crisis y cuando es preciso
tratar con problemas únicos, complejos o confusos; y
deben evitar la tentación de seguir un curso de acción
parcializado a la hora de evaluar un tema.
Otra área de juicio clínico implica tomar decisiones
adecuadas respecto a cuando aceptar a los pacientes en tratamiento,
cuando remitirlos a otro profesional, y cuando recomendarles
otras alternativas distintas a la terapia.
+ Relaciones duales:
Estas tienen lugar cuando un psicólogo tiene contacto
con un paciente fuera del ámbito de las sesiones formales
del tratamiento.
Por ejemplo, los terapeutas no deben establecer relaciones
de negocios con sus pacientes, no deben venderles objetos, ni
prestarles dinero. Tampoco es una buena práctica permitir
que los pacientes acumulen una abultada deuda. Asimismo, no
es ético (ni práctico) aceptar a amigos, empleados
o familiares en tratamiento.
Finalmente, las relaciones sexuales con los pacientes no son
éticas, y en algunos países son ilegales. Por
relaciones sexuales se entiende aqui a cualquier tipo de comportamiento
erótico. El sexo no es terapia e interfiere con el trabajo
productivo que el paciente y el terapeuta hayan podido realizar.
+ Confidencialidad:
Se requiere que todos los profesionales de la salud mental mantengan
la confidencialidad sobre la personalidad de sus pacientes y
respecto a la información que éstos revelan.
La confidencialidad es un principio ético
que protege a los pacientes de la divulgación de los
temas tratados en sesión sin su autorización expresa.